lunes, 31 de mayo de 2010
Osos al oeste de Chiclayo
Por unos pocos meses cuando era pequeno los cartones de leche mostraban, en la parte de atras, el dibujo y una descripcion de especies de animales venezolanos en peligro de extincion. Frente a mi en las mananas un plato con una de las arepas gigantes que Carmen me preparaba, un vaso de chocolate frio y yo hipnotizado con el carton de leche Carabobo leyendolo mientras desayunaba. Las tortugas arrau, el caiman del orinoco, manaties, y yo queriendo saber mas (la impotencia de la era pre-internet), queriendo verlos de cerca y en vivo (muriendome de ganas de darles un pedacito de mi arepa). De todos los animales que aparecian en la serie habia uno que me interesaba en especial, que por alguna razon -que hasta el dia de hoy desconozco- capturaba mi imaginacion, recuerdo perfectamente el dibujo en blanco y negro de aquel oso Frontino, "el unico oso de suramerica", parado en dos patas viendome a los ojos. A partir de alli siempre le segui el rastro al Tremarctos Ornatus, siempre pendiente de cualquier noticia que apareciera, una aficion intima (poca gente la entendia o la entiende), me emocione cuando descubri que habia una pareja de ellos en el zoologico de Washington y los visite varias veces cuando vivi alla, me escribi con un tal Denis Torres en Venezuela quien se dedicaba a contar y proteger los osos, le segui el rastro a los osos frontinos del zoologico de Punto Fijo, lei y relei la parte del relato de Hiram Bingham de cuando llega a Machu Pichu y se tropieza con tres osos merodeando las ruinas. Por anos atento de reojo hasta que este jueves en Lima paseando por un centro comercial frente a mi hotel me tropece con una foto de un oso inmenso (oso de anteojos le dicen aqui) en un puesto de promocion turistica. Pregunto por el oso, por supuesto, y me cuentan de la reserva ecologica de Chaparri. Resulta que a dos horas de Chiclayo en el norte de Peru hay una reserva forestal, uno de los pocos bosques secos que aun quedan en la zona, donde se encuentra el unico centro de rehabilitacion de osos frontinos y donde ademas hay una de las ultimas poblaciones de osos salvajes. Al dia siguiente llame temprano a la reserva y reserve un cuarto en un pequeno ecolodge que construyeron para hospedar visitantes, compre un buen par de binoculares y un pasaje de avion. Chaparri es un lugar maravilloso. Fundado por las comunidades locales hace unos 10 anos, se ha convertido en un modelo de conservacion ambiental. Con poco mas de 34,000 has, es probablemente el ultimo refugio de bosque seco donde aun vive el oso frontino (se calcula que en toda suramerica quedan no mas de 4,000 osos muy dispersos entre Venezuela, Colombia, Ecuador, Peru y Boliva), Chaparri es ademas un paraiso para las aves con mas de 230 especies residentes muchas de ellas endemicas. La pava aliblanca, por ejemplo, se creyo extinta por casi 100 anos hasta que en los anos 70 se descubrio una poblacion muy pequena en el norte de Peru. Hoy quedan apenas 300 pavas de las cuales mas de 70 viven en Chaparri -y se montan en la mesa a almorzar con uno-. Zorros, pumas, pecaries, venados, condores, infinitos colibries...y un paisaje seco y maravilloso de cactus, flores y algarrobos. La noche del sabado, mi unica noche alli, no habia mas huespedes en el campamento asi que tuve toda la atencion de Lucila -mi guia- y los dos guardaparques. Largas caminatas, larguisimas, en la manana y en la tarde buscando pajaros y siguiendole el rastro a los venados. Me mostraron los animales que han rescatado -la mayoria de ellos fueron mascotas- y que pronto liberaran en el bosque. Hay 8 osos frontinos y un pequeno bebe "Pierre" que nacio hace casi un ano. Me quede hipnotizado de nuevo, como en mis desayunos hace 30 anos, viendo a Pierre y "Cholita", su mama, jugando a medio metro de mi -un tercio de metro, tal vez 15 centimetros-. Pierre y Cholita casi posando mientras yo les tomaba fotos, me quede muy quieto escuchando su respiracion. En la noche Joel, uno de los dos guardaparques, me llevo de paseo a buscar buhos y tarantulas. Joel, doolitle peruano, le hablaba con los buhos: trrrrri trrrrrri y ellos le respondian volando hacia nosotros; y luego puuuu puuuu para que viniera otro distinto de otra especie y al rato escuchabamos de vuelta puuuuuu puuuuu y el buho en una rama a nuestro lado. Tarantulas muy peludas al borde del camino, infinitas estrellas en el cielo, serpientes y todos los ruidos de la noche, ese escandalo que arrulla. Ayer en la manana fuimos muy temprano a ver el "bano de los colibries", un estanque muy cerca del comedor donde montones de colibries ( o colibris) van a socializar, a tomar agua y banarse, a batir las alas como si la gravedad fuera cosa de otros. Algunas horas meciendome en hamaca (he refinado el arte del hamaqueo), leyendo y persiguiendo pajaros con mis binoculares, un buen almuerzo y de vuelta al aeropuerto de Chiclayo para conectar a Nueva York via Lima. Sentado ahora en NY todavia tengo la mente en Chaparri, pienso que tal vez haya sido Cholita la del dibujo en el carton de leche Carabobo, estoy listo para ir de excursion al Orinoco a buscar a ese manati que tambien me miraba.
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