sábado, 23 de enero de 2010
De plazas y otras sorpresas al borde del mar
En Miraflores, alli donde de repente se acaba Lima y comienza el Pacifico, hay un malecon que bordea el precipicio y se asoma al mar. Salgo a correrlo en la manana sin saber donde se termina, disfrutando del paisaje lunar de esta ciudad donde cualquier llovizna es un diluvio, contento de que hoy no hay bruma ni apuro en Lima. El malecon es una suerte de serpiente, un paseo de curvas adornado con jardines cuidados por tropas de trabajadores en uniformes,la gente que corre -o muchos de ellos- probablemente terminan tomando un Latte Grande Spumatto en el Starbucks mas cercano. En mi camino me tropiezo con pequenas plazas y monumentos dedicados a batallas, proceres y otros ciudadanos (uno de ellos a la virgen) una leccion a la carrera de historia peruana; yo sudado y algo distraido llego a un recoveco cerca del estadio municipal donde el camino se convierte en una calle ciega con un busto dorado refulgente sobre un pedestal. Sin pararme del todo le doy una vuelta y leo: "A Carlos Alberto Izaguirre Alzamora", le doy otra vuelta y leo "gestor del dia de la madre en Peru". La del bueno de Carlos Alberto tiene que ser la mas simpatica de todas las plazas, me pongo a pensar en la que debio haber sido su cruzada incansable contra los hijos menos agradecidos, la emocion de Carlos Alberto cuando se entero que el segundo domingo de mayo siempre caeria domingo, el orgullo de su mama y su abuela cuando se enteraron de que le dedicarian un busto dorado al borde del mar, las preguntas que se deben hacer los psicoanalistas corredores que se tropiezan, como yo, con el busto de oro al Edipo peruano. Otra vuelta a la estatua, me memorizo el nombre de Don Izaguirre para poder googelearlo y corro de vuelta al hotel. De alli salgo para Polvos Azules (prueben el link en la foto del costado), la Somalia de la propiedad intelectual, un mercado inmenso -infinito- donde por algo mas de un dolar (antes del regateo) pueden comprarse casi todas las peliculas del mundo, una suerte de biblioteca de Alejandria en los Andes, carpetas y carpetas de peliculas imposibles de conseguir, documentales que alguna vez vi en festivales o en algun cine autista, pasillos y pasillos de las peliculas que acaban de salir (y tal vez de las que estan por salir), uno nombra un titulo y a la respuesta de "ya pues" sale el vendedor corriendo a conseguirla en el laberinto de tienditas, al rato vuelven con la pelicula en la mano listos los search engines humanos para salir a conseguir la proxima. El almuerzo en La Mar con mi amigo Ariel, mi vecino/hermano de puerta a puerta en Caracas; pido y me como todo el cebiche del mundo (mientras pienso en el que pedire manana), una buena conversa como ocurre siempre que nos vemos, hablamos sin parar de anteayer, hoy y pasado manana. La tarde para pasear calmados y hacer digestion, para prepararme para la cita a las 8.30 en el restaurante La Gloria -valga la redundancia- mi lugar favorito en Lima, la chita, el pisco, el pato, el pulpo.....estoy seguro que manana si corro un poquito mas lejos por el malecon de Miraflores tengo que tropezarme con el busto del ilustre senor a quien se le ocurrio "gestar" la fundacion de este maravilloso restaurante.
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